martes, 30 de octubre de 2012

Peregrinación a Roma para dar gracias al Papa por “Summorum Pontificum”

 

Como se ha hecho público recientemente, distintos grupos de fieles que, agradecidos por el Motu proprio Summorum Pontificum de Benedicto XVI, celebran y difunden la Santa Misa en la Forma Extraordinaria del Rito Romano, han constituido en Roma un “Coetus Internationalis pro Summorum Pontificum”, con el fin de organizar una peregrinación a Roma para los primeros días de noviembre en la cual agradecerán al Santo Padre este documento y le manifestarán su fidelidad. La peregrinación concluirá con la celebración de la Santa Misa según el Misal del Beato Juan XXIII en la Basílica Vaticana. Presentamos la entrevista que el señor Thomas Murphy, secretario tanto de la Federación Una Voce como del flamante Coetus Internationalis, ha concedido para explicar un poco esta importante iniciativa.

 

Señor Thomas Murphy, usted es el portavoz oficial del Coetus Internacionalis pro Summorum Pontificum: ¿cuál es el objetivo de este Comité?

El Coetus Internationalis reúne varios grupos de fieles que trabajan, cada uno a su modo, en apoyo deSummorum Pontificum. Unir estos grupos en la caridad y trabajar juntos es nuestro primer objetivo. El objetivo principal del Coetus Internationalis es organizar una peregrinación a Roma el próximo fin de semana de Todos los Santos.

Aprovechamos la ocasión del Año Santo de la Fe y el 5º aniversario de Summorum Pontificum para invitar a asociaciones, grupos y movimientos de fieles, provenientes de toda Europa y del mundo, a unirse a nosotros en Roma para una manifestación de apoyo al Santo Padre y para darle gracias por la “Carta Magna” con la que ha “liberalizado” el Rito Gregoriano. Ésta es nuestra invitación a todos los fieles: a afirmar nuestra fe católica y nuestra fidelidad al Romano Pontífice y expresar nuestro convencimiento de que también la liturgia tradicional en latín es un instrumento para la nueva evangelización, incluyendo su fascinación en los jóvenes y su universalidad.

La peregrinación se concluirá con una Misa Pontifical en la Forma Extraordinaria del Rito Romano, el sábado 3 de noviembre a las 10 hs en la Basílica de San Pedro, corazón del catolicismo.

 

¿Cuáles son los movimientos que han adherido a la iniciativa?

La lista de los movimientos se amplía casi cada día. Tenemos intención de presentar un elenco inicial con ocasión del anuncio oficial de la peregrinación, el 10 de septiembre, pero algunos movimientos merecen particular mención desde ahora. Hablo también en calidad de Secretario de la Federación InternacionalUna Voce (FIUV), que ha dado su notable apoyo al Coetus Internationalis. Las asociaciones miembros de nuestra Federación presentes en los cinco continentes, en particular Una Voce Italia, han aportado su preciosa contribución a los trabajos del Coetus Internationalis.

Una excelente contribución ha sido dada también por el Coetus nationalis pro Summorum Pontificum(CNSP), que reúne a los grupos y organizaciones de la península italiana, entre los cuales algunas de nuestras asociaciones de Una Voce. Quisiera también hacer una mención de honor de la magistral y bien conocida asociación francesa Notre-Dame-de-chrétienté, organizadora de la peregrinación anual a Chartres, y a la Foederatio Internationalis Juventutem, los jóvenes que apoyan Summorum Pontificum y que se han hecho conocer con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud; asociaciones, éstas, que han confirmado su adhesión al Coetus Internationalis en los pasados días.

El apoyo de estos grupos y movimientos es fundamental si queremos alcanzar nuestros objetivos: no sólo crear una caritativa unidad y colaboración entre todos los que apoyan el Summorum Pontificum, sino también dirigir nuestros agradecimientos al Romano Pontífice por Summorum Pontificum y, sobre todo, profesarle nuestra fidelidad durante la próxima peregrinación en los primeros días de noviembre. Repito la invitación a cada grupo que apoya Summorum Pontificum a unirse al Coetus Internationalis.

 

¿Puede decirnos algunos otros detalles sobre los desarrollos de la organización de la peregrinación, como, por ejemplo, el nombre del celebrante?

Estamos trabajando duramente, a pesar de la pausa estival, sacrosanta en Roma. El nombre del celebrante será hecho público con ocasión del anuncio oficial de la peregrinación en el mes de septiembre.

Además de la Misa en la Basílica de San Pedro, invitamos a cada grupo que venga a Roma a organizar en la Ciudad Eterna una ceremonia religiosa o un encuentro de oración durante aquel fin de semana de Todos los Santos. Con este fin, nuestro capellán, el Padre Claude Barthe, autor de numerosos libros y artículos en materia litúrgica, se pondrá en contacto con los grupos de peregrinos y con los sacerdotes presentes en Roma para la ocasión. Cualquiera que estuviese interesado puede contactar nuestra Secretaría en la dirección cisp@mail.com o escribir a secretary@fiuv.org.

 

El anuncio oficial de la peregrinación se dará el 10 de septiembre, apenas ocho semanas antes de la Misa del 3 de noviembre. El tiempo es poco. ¿Cuántos peregrinos esperan que vengan a Roma?

Es cierto: los tiempos son breves. Sin embargo, el Coetus Internationalis ha llevado a cabo ya mucho trabajo, de manera discreta, en los muchos meses precedentes. He sabido que los peregrinos previstos en Roma están estimados entre los 3000 y 4000, provenientes de todo el mundo.

 

Usted ha dicho que es también el secretario de la FIUV. ¿Qué rol ha desarrollado la FIUV en esta peregrinación y cómo se ubica entre sus actividades?

Siendo la más antigua organización de laicos activa para la conservación de la liturgia tradicional en latín, la Federación Internacional Una Voce ha estado involucrada desde el comienzo en la organización de la peregrinación. Nuestra red de Asociaciones y Federaciones en 33 países en los cinco continentes atribuye gran importancia a la colaboración y a la íntima unión en la caridad. Era natural, por lo tanto, que la FIUV fuese uno de los primeros y decisivos sostenedores del Coetus Internationalis.

Nuestra Federación va a Roma cada dos años para una Asamblea General de los Socios, pero estábamos ansiosos de realizar un particular esfuerzo para celebrar el 5º Aniversario del Summorum Pontificum y demostrar nuestra fidelidad al Papa durante el Año de la Fe. La peregrinación a Roma del próximo mes de noviembre será la ocasión ideal para repetir lo que los católicos hacen desde siempre: una peregrinación a las tumbas de los Apóstoles y una declaración pública de su fidelidad al Papa.

Lo que hay de peculiar en el Coetus Internationalis, y esto debería interesar a todos aquellos que apoyan el Summorum Pontificum, es su estar por encima de las divisiones. Se trata de un sencillo acto de amor por parte de muchas almas reunidas en los diversos movimientos católicos, que tratan todas de incluirse en nuestra única y visible expresión de fe, de agradecimiento y de fidelidad. A todos aquellos que comparten nuestra fe católica, que comparten nuestra gratitud por Summorum Pontificum y que comparten nuestra fidelidad al Santo Padre, a todos aquellos que escuchan mis palabras digo: “¡Vengan con nosotros a Roma!”.

 

 

Fuente: Messainlatino

Traducción: La Buhardilla de Jerónimo

El cardenal Cañizares celebrará la Misa Tradicional para los fieles del peregrinaje “Una cum Papa nostro”

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El cardenal Cañizares explica por qué aceptó presidir en San Pedro la misa del sábado para los fieles del peregrinaje “Una cum Papa nostro”.

«He aceptado de buen grado celebrar la misa del próximo sábado para los peregrinos que vienen a agradecer al Papa por el don del motu proprio “Summorum Pontificum”: es una forma para hacer entender que es normal usal la forma extraordinaria del único rito romano...». El cardenal Antonio Cañizares Llovera, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, respondió de esta forma a la pregunta de Vatican Insider sobre el significado de la celebración del próximo sábado, 3 de noviembre (a las 15 horas), en el altar de la C’atedra de la Basílica de San Pedro. Hoy por la mañana, el vocero del peregrinaje “Una cum Papa nostro” anunció la presencia del arzobispo Augustine Di Noia, vicepresidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, en la ceremonia.

 

¿Cuál es el significado de este peregrinaje?

Agradecer a Dios y agradecer al Papa por el motu proprio de hace cinco años, que reconoce el valor de la liturgia celebrada según el Misal del Beato Juan XXIII, subrayando la continuidad de la tradición en el rito romano. Al reconocer la liturgia anterior, se comprende que con la reforma no se niega lo que se usaba anteriormente.

 

¿Por qué aceptó celebrar la misa para los peregrinos que siguen el rito preconciliar?

Acepté porque es una forma para hacer entender que es normal el uso del Misal de 1962: existen dos formas del mismo rito, pero es el mismo rito y, por ende, es normal que se use en la celebración. Ya he celebrado en diferentes ocasiones con el Misal del Beato Juan XXIII, y lo haré de buen grado tambi’en en esta ocasión. La Congregación, de la cual el Papa me ha llamado a ser Prefecto, no tiene nada en contra del uso de la liturgia antigua, aunque la verdadera tarea de nuestro dicasterio es la de la profundización del significado de la renovación litúrgica según las directrices de la Constitución Sacrosanctum Concilium y de seguir la estela del Concilio Vaticano II. Para ello hay que decir que incluso la forma extraordinaria del rito romano debe ser iluminada por la Constitución conciliar, que en los primeros diez párrafos detalla el verdadero espíritu de la liturgia, por lo que vale para todos los ritos.

 

¿Qué le parece, a cinco años de distancia, la aplicación del motu proprio “Summorum Pontificum”?

No conozco los detalles de lo que sucede en el mundo, sobre todo porque la competencia sobre este aspecto la tiene la Comisión Ecclesia Dei, pero creo que poco a poco se empieza a comprender que la liturgia es fundamental en la Iglesia y que nosotros debemos volver a dar vida al sentido del misterio y de lo sagrado en nuestras celebraciones. Además, me parece que a cinco años de distancia se puede comprender mejor que no se trata solo de algunos fieles que viven en la nostalgia del latín, sino que se trata de profundizar el sentido de la liturgia. Todos somos Iglesia, todos vivimos la misma Comunión. El Papa Benedicto XVI lo ha explicado muy bien, y en al primer aniversario del motu proprio recordó que nadie está de más en la Iglesia.

 

Fuente: Vatican Insider

domingo, 28 de octubre de 2012

Falleció la hermana Lilia del Hospital de Niños

 

Hoy a las 7 de la mañana falleció la Hermana Lilia de la congregación Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia que se encuentra en el Hospital de Niños de La Plata.

Pedimos una oración por su eterno descanso.

William-Adolphe_Bouguereau_(1825-1905)_-_The_Day_of_the_Dead_(1859)

Requiem aeternam dona ei Domine.
Et lux perpetua luceat ei.
Requiescat in pace.
Amen.

Dios la tenga en la eterna gloria.

lunes, 22 de octubre de 2012

Mons. Ferrer Grenesche: «Una liturgia manufacturada no vale para nada porque es cosa nuestra»

EL SUBSECRETARIO DE CULTO DIVINO ESTÁ DE VISITA EN ARGENTINA

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El subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Mons. Juan Miguel Ferrer Grenesche, de visita en el Seminario Mayor San José de La Plata, en el marco de los 90 años de su creación, hizo un encendido llamado a cuidar la Liturgia, «que es de Dios, y no de los hombres. Una liturgia manufacturada no vale para nada, porque es cosa nuestra. Podrá ser muy bonita y divertida pero no es de Dios. Y ‘sin mí, no podéis hacer nada’, nos recuerda el Señor».

(Aica) El subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Mons. Juan Miguel Ferrer Grenesche, de visita en el Seminario Mayor San José de La Plata, en el marco de los 90 años de su creación, hizo un encendido llamado a cuidar la Liturgia, «que es de Dios, y no de los hombres. Una «liturgia manufacturada no vale para nada, porque es cosa nuestra. Podrá ser muy bonita y divertida pero no es de Dios. Y ‘sin mí, no podéis hacer nada’, nos recuerda el Señor».

Monseñor Ferrer llegó al Seminario platense acompañado por religiosas del Instituto Mater Dei, fundado en San Luis por la Madre María Jesús Becerra, con el apoyo del entonces obispo diocesano, monseñor Juan Rodolfo Laise. Y fue recibido por el rector, presbítero Gabriel Delgado, los Superiores de la casa; personal directivo y docentes, y por el casi centenar de seminaristas de todo el país que allí se forman.

Con posterioridad a su exposición presidió una celebración eucarística y luego compartió el almuerzo fraterno, al que se sumó el obispo auxiliar de La Plata, Mons. Nicolás Baísi, a cargo temporalmente de la archidiócesis por la ausencia del arzobispo, Mons.  Héctor Aguer, que está participando en el Sínodo sobre la Nueva Evangelización, que tiene lugar en Roma.

 

La formación litúrgica en el Seminario

El prelado vaticano, que fue rector del Seminario Mayor de Toledo, en España, alentó a los formadores y seminaristas a vivir apasionadamente la formación litúrgica en el Seminario, «que es la tarea más hermosa. Pues aquí, en gran medida, se juega el futuro de la Iglesia. Recuerden siempre lo que les pide el Papa, queridos seminaristas: lo más importante es la relación personal con Dios, en Jesucristo. ¡Hacen falta mártires; testigos auténticos del amor de Dios!»

Añadió, al respecto, que «hoy tenemos retos semejantes en distintos países del mundo. La globalización trajo legislaciones que se difunden en las diferentes naciones y que atentan contra los fundamentos mismos de la civilización. Apuntan a la secularización y laicización de la sociedad. Y hay grupos bien interesados en destruir lo que se oponga a ello. Por ello, ven a la Iglesia como un peligro para su plan de dominación. Porque no busca acuerdos, a medio camino, entre la verdad y la mentira».

Exhortó, entonces, «a no convertirnos en llorones y a no quedarnos al borde del camino para lamentarnos. Debemos retomar intensamente nuestra identidad y la conversión interior; la vocación a la santidad y a la misión. Allí apunta la Nueva Evangelización».

Aclaró, en este sentido, que «como bien nos lo enseña el Santo Padre, tenemos tres vías de evangelización: la ordinaria, en nuestras comunidades, con los fieles que están en la Iglesia;la misionera, allí donde no se conoce a Cristo, y la nueva evangelización, para todos aquellos que se alejaron o no viven con intensidad su práctica cristiana».

Resaltó que «durante toda su vida como teólogo, con anterioridad a su elección como Sumo Pontífice, el Papa nos enseñó la centralidad de Dios en la liturgia. Y hoy nos insiste con su ejemplo de liturgo, en la actitud ante la liturgia. Es, principalmente, su modo de celebrar el que demuestra la centralidad de la liturgia en la vida de la Iglesia».

Por ello, enfatizó, «celebrar los sagrados misterios es lo más importante en la vida de cualquier sacerdote, obispo y el propio Papa. Y, además, la forma en que el Santo Padre celebra se constituye en el modelo perfecto para toda la Iglesia».

 

«La liturgia no es teatro ni adorno»

En esa línea argumental aclaró que «en la liturgia el protagonismo no está en el sacerdote, aunque sea el Papa. El centro no es el Papa; el centro es Dios. No se va ‘a ver al Papa’, sino al encuentro con el Señor, junto al Papa».

Ejemplificó, en consecuencia, que «la liturgia no es ni teatro ni un adorno a la acción pastoral. Es escuela de vida cristiana; es la cristificación de nuestra vida; es volvernos hacia Dios. Por eso es responsabilidad de los pastores del pueblo de Dios, como parte de su oficio de amor, cuidar de ella. Y eso comienza aquí, en el Seminario».

Tras recordar varios documentos del Magisterio de la Iglesia, como la constitución Sacrosanctum Concilium, del Vaticano II; La formación litúrgica en el Seminario, de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos; y La formación espiritual en los Seminarios, de la Congregación para la Educación Católica, enfatizó que «la liturgia es escuela de fe y de vida cristiana, y debe impregnar toda la vida del Seminario. En ella convergen el Magisterio, la Biblia y los Sacramentos. Por eso, ya desde el Seminario, hay que vivir lo que la Iglesia nos pide el día de nuestra Ordenación: ‘imita lo que tratas. Y configura tu vida con el misterio de la Cruz del Señor’…».

 

Mutuo enriquecimiento de formas del rito romano

Como conclusión, monseñor Ferrer exhortó a los seminaristas a fijarse en el modo en que celebraban la liturgia santos como San Juan, San Gregorio Magno, San Martín de Tours, San Felipe Neri, el Santo Cura de Ars, San Pío de Pietrelcina y San Josemaría Escrivá de Balaguer. «Todos ellos, y tantos otros -subrayó-, son muy buenos modelos a imitar».

Al final, varios seminaristas le hicieron diferentes preguntas. Y, ante una consulta, destacó que «debe evitarse la improvisación. Frente a una duda, consultar siempre con el que más sabe. Y, obviamente, con el Obispo».

Igualmente se le preguntó sobre expresiones de uno de los ceremonieros del Santo Padre, monseñor Guido Marini. Y sostuvo que «es probable que vayan llegando normas sobre un mutuo enriquecimiento entre ambas formas del rito romano, la ordinaria y la extraordinaria».

Fuente: InfoCatólica.

domingo, 21 de octubre de 2012

Festividad de Cristo Rey: Misa Tradicional cantada

 

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Con motivo de la festividad de Cristo Rey, el 28 de Octubre de 2012 a las 12hs, Su Excelencia Reverendísima Monseñor Antonio Baseotto celebrará la Santa Misa cantada según la forma extraordinaria del rito romano.

Parroquia Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, ubicada en calle 75 entre 6 y 7, La Plata.

Propio de la Misa cantada

Introito: Dignus Est Agnus

Gradual: Dominabitur a mari

Alelullia: Potestas ejus

Ofertorio: Postula A Me

Comunión: Sedebit Dominus

El retorno del fanón

 

fanon

 

Muy probablemente hayan Uds. leído sobre los cambios en el rito de canonización ocurrido hoy en la Plaza de San Pedro durante la proclamación de siete nuevos santos de la Iglesia (si no lo han hecho les recomendamos esta entrada del blog La Buhardilla de Jerónimo). Ahora bien, observen alrededor del cuello del Papa Benedicto XVI en las siguientes fotos captadas hoy durante la misma ceremonia.

Esa ‘extraña’ prenda desconocida para los católicos de los tiempos modernos es el fanón. ¿Y que cosa es eso?, bueno, esto es lo que dice la enciclopedia católica:

Fanón
Una especie de pequeña capa que utiliza solamente el papa y que le cubre los hombros. Consiste de dos piezas de seda blanca ornamentada con franjas estrechas de color rojo y dorado. Las piezas son casi circulares, pero no iguales en tamaño y la más pequeña descansa sobre la más larga. Una apertura redonda se deja a fin de que permita pasar la cabeza, esta apertura tiene un corte vertical. La parte frontal del fanon está ornamentada con pequeñas cruces en oro.
El fanon es como un amice, pero no se coloca por debajo, sino arriba del alba. El papa porta el fanon solamente cuando celebra una Misa Pontificia, solamente cuando utiliza todas las vestimentas pontificias. La forma de colocar el fanon recuerda el método de asumir el amice universal en la Edad Media, algo que aún se observa en las órdenes más antiguas.
Luego que el diácono ha vestido al papa con el usual amice, alba, el cingulum y sub-cinctorium, además de la cruz pectoral, abre el fanon y coloca la parte superior de la pieza, hacia la parte de atrás de la cabeza del papa. Ahora viste al papa con la estola, túnica, dalmática, y casulla, y luego coloca hacia abajo, la parte del fanon que ha sido colocada sobre la cabeza del pontifice, de manera que queda la pieza frontal sobrre la túnica, dalmática y casulla. Finalmente arregla el fanon de tal forma que cubre los hombros del papa como un collar.
El fanon es mencionado en el viejo Ordinal Romano, consecuentemente su uso en el Siglo VIII puede ser probado. En ese entonces se llamaba anabolagium (anagolagium), pero aún aquí esta prenda no estaba destinada al uso exclusivo del papa. Esta exclusividad no apareció hasta que otros eclesiásticos en Roma principiaron a colocar la vestimenta bajo el alba en lugar de cubrirla, es decir cuando se comenzó a hacer común entre los clérigos, el uso del fanon a manera de amice ordinario.
Esto ocurrió, aparentemente como una imitación afuera de la costumbre en Roma, entre los Siglos X y XII. Sin embargo, no puede darse la fecha exacta al respecto. Pero es cierto que ya a principios del Siglo XII, el fanon sólo podía ser utilizado por el papa, tal y como se hace evidente en lo que expresado por Inocencio III (1198-1216).
La vestimenta fue entonces llamada un “orale”, el nombre fanon, del latín tardío fano, deriva de pannus (penos), ropa, no fue utilizado sino de manera subsiguiente. Ya a principios del Siglo VIII, el papa solamente utilizaba el fanon en una gran Misa solemne. La costumbre actual mediante la cual el papa tiene además del fanon, un amice bajo el alba, no aparece, en lo más antiguo, sino hasta el final de la Edad Media.
No existe información definitiva sobre la forma que tenía el fanón en los tiempos más antiguos, ni de que material estaba fabricado. Ya en las postrimerías de la Edad Media fue hecho de seda blanca, tal y como se puede apreciar en el inventario del año 1295, en el tesoro papal, así como en numerosas obras de arte. La ornamentación favorita consistió en estrechas franjas de oro y de otro color especialmente el rojo, bordado en la seda. Hasta el Siglo XV, el fanon fue tuvo una forma de cuadrado, la actual forma a manera de collar parece haber surgido aproximadamente en el Siglo XVI o aún más tarde.

Fuente: SMM

viernes, 19 de octubre de 2012

Mons. Juan Miguel Ferrer Grenesche visitó el Seminario de La Plata

 

 

Mons. Ferrer: “La Liturgia es de Dios, no de los hombres”

            El subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, Mons. Juan Miguel Ferrer Grenesche, de visita en el Seminario Mayor San José de La Plata, con el marco de los noventa años de su creación, hizo un encendido llamado a cuidar la Liturgia, “que es de Dios, y no de los hombres. Una liturgia manufacturada no vale para nada, porque es cosa nuestra. Podrá ser muy bonita y divertida pero no es de Dios. Y ‘sin mí, no podéis hacer nada’, nos recuerda el Señor”.

            Monseñor Ferrer llegó al Seminario acompañado por religiosas del Instituto Mater Dei, fundado en San Luis, por la Madre María Jesús Becerra, con el apoyo del entonces Obispo diocesano, Mons. Juan Rodolfo Laise. Y fue recibido por el Rector, P. Gabriel Delgado, los Superiores de la casa; personal directivo y docentes, y por el casi centenar de seminaristas de todo el país, que allí se forman. Con posterioridad a su exposición, presidió la Santa Misa; y luego compartió el almuerzo fraterno, al que se sumó el Obispo auxiliar de La Plata, Mons. Nicolás Baísi, a cargo temporalmente de la Arquidiócesis, por la participación de Mons. Héctor Aguer, en el sínodo sobre la Nueva Evangelización, que tiene lugar en Roma.

La formación litúrgica en el Seminario

            El funcionario vaticano, quien fuera otro tiempo Rector del Seminario Mayor de Toledo, en España, alentó a los formadores y seminaristas a vivir apasionadamente la formación litúrgica en el Seminario, “que es la tarea más hermosa. Pues aquí, en gran medida, se juega el futuro de la Iglesia. Recuerden siempre lo que les pide el Papa, queridos seminaristas: lo más importante es la relación personal con Dios, en Jesucristo. ¡Hacen falta mártires; testigos auténticos del amor de Dios!”

            Añadió, al respecto, que “hoy tenemos retos semejantes en distintos países del mundo. La globalización trajo legislaciones que se difunden en las diferentes naciones; y que atentan contra los fundamentos mismos de la civilización. Apuntan a la secularización y laicización de la sociedad. Y hay grupos bien interesados en destruir lo que se oponga a ello. Por ello, ven a la Iglesia como un peligro para su plan de dominación. Porque no busca acuerdos, a medio camino, entre la verdad y la mentira”

            Exhortó, entonces, “a no convertirnos en llorones; y a no quedarnos al borde del camino para lamentarnos. Debemos retomar intensamente nuestra identidad, y la conversión interior; la vocación a la santidad y a la misión. Allí apunta la Nueva Evangelización”.

            Aclaró, en este sentido, que “como bien nos lo enseña el Santo Padre, tenemos tres vías de evangelización: la ordinaria, en nuestras comunidades, con los fieles que están en la Iglesia; la misionera, allí donde no se conoce a Cristo, y la Nueva Evangelización, para todos aquellos que se alejaron o no viven, con intensidad, su práctica cristiana”.

            Remarcó, igualmente, que “durante toda su vida como teólogo, con anterioridad a su elección como Sumo Pontífice, el Papa nos enseñó la centralidad de Dios en la liturgia. Y hoy nos insiste con su ejemplo de liturgo, en la actitud ante la liturgia. Es, principalmente, su modo de celebrar el que demuestra la centralidad de la liturgia en la vida de la Iglesia”.

            Por ello, enfatizó, “celebrar los sagrados misterios es lo más importante en la vida de cualquier sacerdote, obispo y el propio Papa. Y, además, la forma en que el Santo Padre celebra se constituye en el modelo perfecto para toda la Iglesia”

“La liturgia no es teatro ni adorno”

            En esa línea argumental aclaró que “en la liturgia el protagonismo no está en el Sacerdote, aunque sea el Papa. El centro no es el Papa; el centro es Dios. No se va ‘a ver al Papa’, sino al encuentro con el Señor, junto al Papa”

            Ejemplificó, en consecuencia, que “la liturgia no es ni teatro ni un adorno a la acción pastoral. Es escuela de vida cristiana; es la cristificación de nuestra vida; es volvernos hacia Dios. Por eso es responsabilidad de los pastores del pueblo de Dios, como parte de su oficio de amor, cuidar de ella. Y eso comienza aquí, en el Seminario”.

            Tras recordar varios documentos del Magisterio de la Iglesia, como la constitución Sacrosanctum Concilium, del Vaticano II; y La formación litúrgica en el Seminario, de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y La formación espiritual en los Seminarios, de la Congregación para la Educación Católica, enfatizó que “la liturgia es escuela de fe y de vida cristiana, y debe impregnar toda la vida del Seminario. En ella convergen el Magisterio, la Biblia y los Sacramentos. Por eso, ya desde el Seminario, hay que vivir lo que la Iglesia nos pide el día de nuestra Ordenación: ‘imita lo que tratas. Y configura tu vida con el misterio de la Cruz del Señor’…”.

Mutuo enriquecimiento de formas del rito romano

            Como conclusión, Mons. Ferrer exhortó a los seminaristas a fijarse en el modo en que celebraban la liturgia santos como San Juan, San Gregorio Magno, San Martín de Tours, San Felipe Neri, el Santo Cura de Ars, San Pío de Pietrelcina y San Josemaría Escrivá de Balaguer. “Todos ellos, y tantos otros, -subrayó- son muy buenos modelos a imitar”.

            Al final, varios seminaristas le hicieron diferentes preguntas. Y, ante una consulta, destacó que “debe evitarse la improvisación. Frente a una duda, consultar siempre con el que más sabe. Y, obviamente, con el Obispo”.

            Igualmente se le preguntó sobre expresiones de uno de los ceremonieros del Santo Padre, Mons. Guido Marini. Y sostuvo que “es probable que vayan llegando normas sobre un mutuo enriquecimiento entre ambas formas del rito romano, la ordinaria y la extraordinaria”.

D. Christian Viña

Fuente: Juventutem Argentina

martes, 9 de octubre de 2012

San Héctor Valdivielso Sáez, primer santo argentino

 

San Héctor Valdivielso Sáenz

 

Junto con otros siete hermanos de la Congregación de La Salle y un padre pasionista, San Héctor Valdivielso Sáez fue fusilado el 9 de octubre de 1934 durante la Revolución de Asturias, previa a la Guerra Civil Española. El santo mártir fue víctima de la secta comunista por defender la educación religiosa y los principios de la Santa Iglesia Católica

Héctor Valdivielso nació el 31 de octubre de 1910, en el barrio porteño de Boedo, sobre la calle Castro (hoy Treinta y Tres Orientales), en pleno corazón de Buenos Aires, en el seno de un hogar de inmigrantes españoles. Sus padres, Benigno Valdivielso Angulo y Aurora Sáez Ibáñez habían llegado a la Argentina procedentes de la provincia de Burgos, Castilla, con la idea de progresar económicamente.

Hogar de inmigrante
Héctor vino al mundo en un hogar en el que la felicidad, no exenta de dificultades, fue la tónica principal. Tenía un hermano, dos años mayor que él, llamado José Alfredo. Y pronto nació otra niña, Zulema, por la que Héctor sintió gran afecto.(1)

El futuro santo fue bautizado el 26 de mayo de 1913 en la iglesia de San Nicolás de Bari, que por entonces se hallaba ubicada en en el mismo sitio donde hoy se alza el Obelisco. El tempo era célebre porque en su torre flameó por primera vez la Bandera Argentina.

La familia Valdivielso vivió en Buenos Aires hasta 1914. En esa fecha, cuando Héctor solo tenía tres años, regresó a España, estableciéndose en la ciudad burgalesa de Briviesca, en cuyo templo parroquial de Santa María recibió el sacramento de la confirmación (9 de julio de 1915), de manos del Arzobispo de Burgos, D. José Cadena y Eleta.

Pila bautismal de San Nicolás de Bari. En ella fue bautizado San Héctor cuando la iglesia se hallaba en la intersección de Corrientes y 9 de Julio

Pila bautismal de San Nicolás de Bari. En ella fue bautizado San Héctor cuando la iglesia se hallaba en la intersección de Corrientes y 9 de Julio

Su vocación religiosa
Tenía seis años cuado ingresó en el Colegio de las Hijas de la Caridad, muy cerca de su casa, donde aprendió las primeras letras, pasando a los nueve años –la edad en la que tomó la Primera Comunión bajo la atenta preparación de su madre– a la Escuela Municipal.

Por entonces, hacía un año que su padre, por razones laborales, se hallaba radicado en México, desde donde enviaba a su hijo cartas con máximas y enseñanzas de gran ayuda para su formación moral y religiosa.

Un religioso lasallano, el hermano Celestino Pedro, solía visitar cada tanto a la familia, ocasión en que relataba, entre otras cosas, sus experiencias como educador en Bujedo, las cuales Héctor escuchaba con avidez. Y así fue que comenzó a aflorar en su ánimo el anhelo de abrazar aquella vida, deseoso de seguir los pasos de San Juan Bautista de La Salle.

Después de manifestar esa noble aspiración a su madre, el 31 de agosto de 1922 viajó a Bujedo, con solo 12 años de edad, para iniciar sus estudios con los Hermanos de las Escuelas Cristianas. En 1924 pasó al centro de formación de misioneros de Lembecq-Lez-Hall, Bélgica, y al año siguiente ingresó al Noviciado para recibir su hábito y un nuevo nombre: Benito de Jesús.

De regreso en España, después de emitir sus primeros votos en 1927 y ya como alumno del profesorado de la Comunidad del Escolasticado de Bujedo, comenzó a crecer en su interior el deseo de ser misionero en Brasil o la Argentina.

Al servicio de la educación
En 1929, finalizados sus estudios, fue enviado a Astorga (León), su primer destino, donde enseña, organiza y anima grupos juveniles, escribe en periódicos locales y promueve publicaciones católicas con la intención de acercar lecturas sanas y formativas a familias y jóvenes. Fue entonces que se hizo columnista de “La Luz de Astorga” y “Los Hijos del Pueblo”, en los que publicó incontables artículos, así como también en el madrileño “La Voz del Pueblo”.

Por esa época estaba decidido a dedicar su vida al Señor. “Si Dios me lo permite, estoy dispuesto a sufrir prisión, el destierro y la misma muerte. Estoy muy contento esperando la recompensa que Dios me tiene reservada en el Paraíso”, le escribió a su madre, dando señales de estar templando su alma para el martirio.

Después de tres años en Astorga, Héctor fue destinado a Turón. Allí se trasladó después de un retiro de veinte días en la Casa de Arcas Reales de Valladolid y renovó sus votos trienales el 15 de agosto de 1932.

El pueblo de Astorga lo despidió con emoción. (2)

La revolución de Asturias
Previa estadía en casa de su madre, Héctor llegó a Turón, donde comenzó a enseñar y defender los principios de la familia, de la moral cristiana y de la doctrina católica en general. El 5 de octubre de 1934 lo sorprende allí la revolución de Asturias, movimiento insurreccional ateo y comunista, encabezado por los mineros y campesinos de aquella región, suerte de prólogo a la terrible guerra civil que estallaría menos de dos años después.

Altar de Los Mártires en el Monasterio de Santa María de Bujedo, que contiene las ocho urnas con las reliquias de los santos mártires de Turón bajo la leyenda: “Hic sunt sacræ reliquiæ martyrum”.

Altar de Los Mártires en el Monasterio de Santa María de Bujedo, que contiene las ocho urnas con las reliquias de los santos mártires de Turón bajo la leyenda: “Hic sunt sacræ reliquiæ martyrum”.
El radio del brazo derecho de nuestro santo se encuentra depositado en la Basílica de San Nicolás de Bari de Buenos Aires (Av. Santa Fe 1364) y su cráneo completo en la capilla del Colegio de La Salle de la
misma ciudad

El martirio
Una detonación marcó el inicio del levantamiento, señal acordada por los rebeldes para lanzarse armados a las calles.

“Si bien el clima político era propicio a este tipo de alzamiento, en la zona de Turón, la gran presencia de comunistas conquistó para la comunidad el apelativo de ‘Turón rojo’”.(3)

Ese mismo día, milicianos revolucionarios tomaron por asalto el colegio cuando los hermanos se hallaban en el ofertorio del Santo Sacrificio de la Misa. Revolvieron todo en busca de armas y, al no encontrarlas, se llevaron a los religiosos a los golpes hasta la Casa del Pueblo. El hermano Cirilo, director del establecimiento, preguntó a que se debía aquello pero una andanada de insultos lo hizo callar.

Los religiosos fueron alojados en lóbregas y obscuras prisiones, junto a otros catorce detenidos. “Dormían en el suelo. No les vi quejarse en ningún momento y estuvieron todo el tiempo rezando y muy recogidos...Eran magníficos, eran unos santos...” diría años después uno de sus captores.(4)

Tres días permanecieron allí, privados de agua y comida, severamente vigilados, sin dejar de orar un solo instante, soportando todos los insultos y humillaciones a que fueron sometidos.

Hasta que llegó el terrible momento.

En la madrugada de 9 de octubre la puerta de la prisión se abrió de golpe. Los hermanos fueron sacados a la calle y obligados a caminar de dos en dos rumbo al cementerio, siempre apuntados por sus captores. Iban resignados y silenciosos pero decididos y animados. Al llegar, vieron ocho siniestras fosas que los comunistas habían abierto la noche anterior. Colocados junto a ellas, aguardaron unos instantes a que el enterrador llegase con las llaves, y a la orden de su jefe los verdugos apuntaron e hicieron fuego.

Uno a uno fueron cayendo, el padre pasionista Inocencio de la Concepción y los hermanos lasallanos Aniceto Adolfo, Augusto Andrés, Victoriano Pío, Julián Alfredo, Marciano José, Cirilo Beltrán, Benjamín Julián y Benito de Jesús (San Héctor Valdivielso), todos ellos beatificados por su S.S. Juan Pablo II el 29 de abril de 1990 y canonizados el 21 de noviembre de 1999 en una gran ceremonia que tuvo lugar en la Plaza de San Pedro.

Primer santo argentino
Para entonces, los santos mártires ya habían obrado milagros, uno de ellos la inexplicable cura de Rafaela Bravo Jirón, joven nicaragüense de 24 años, que, afectada por un tumor tenía los días contados. Sin embargo, siguiendo consejo del Hermano Alejandro Zepeda, su esposo, ex-alumno de La Salle, rezó -entre el 11 y el 29 de abril de 1990, día de la beatificación- dos novenas diarias pidiendo su intercesión. El 29 por la noche, Rafaela sintió unos terribles dolores y creyendo que su hora había llegado, comenzó a rezar. Una masa visceral extraña salió de su cuerpo y al día siguiente estaba totalmente curada. Los médicos, perplejos, no encontraron explicaciones para el caso.

Desconocido para toda la feligresía argentina, el santo mártir, víctima de la secta comunista por defender la educación religiosa y los principios de la Iglesia, alcanzó la gloria de los altares.


Notas
1- Telmo Meirone y colaboradores. Héctor Valdivielso Sáez. El primer Santo Argentino, Editorial Stella (Ediciones Paulistas), Buenos aires, 1999, p.19.
2- Cfr. Texto en M. Valdizán, p. 717, en Telmo Meirone y colaboradores, ob. cit., p.40.
3- El Primer Santo Argentino. San Héctor Valdivielso”, Editorial Magenta S.A., Buenos Aires, 1999, p. 14.
4- Positio super martirio, p. 74, en Telmo Meirone y colaboradores, ob. cit., p. 61.

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