lunes, 30 de julio de 2012

Cómo ir a Misa y no perder la Fe

 

 

Un debilitamiento de la fe y la disminución del número de fieles podrían atribuirse a los abusos litúrgicos y a las Misas malas, es decir, las que traicionan su sentido original y donde, en el centro, ya no está Dios sino el hombre con el bagaje de sus preguntas existenciales. Esta es la tesis que sostiene Nicola Bux, teólogo y consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe y de la Oficina de las Celebraciones del Sumo Pontífice.

 

Presentando en Roma, el pasado 2 de marzo, su libro Come andare a Messa e non perdere la fede [Cómo ir a Misa y no perder la fe, n.d.t.], Bux arremete contra el giro antropológico de la liturgia. En las páginas del volumen, especie de vademecum para la supervivencia a las Misas modernas. Bux replica a cuantos han criticado a Benedicto XVI, acusándolo de haber traicionado el espíritu conciliar. Al contrario – argumenta el teólogo – los documentos oficiales del Concilio Vaticano II han sido traicionados precisamente por estas personas, obispos y sacerdotes a la cabeza, que han alterado la liturgia con “deformaciones al límite de lo soportable”.

Asistir a una celebración eucarística pueda significar, de hecho, también encontrarse ante las formas litúrgicas más extrañas, con sacerdotes que discuten de economía, política y sociología, hilvanando homilías en las que Dios desaparece. Proliferan los ensayos de antropología litúrgica hasta reducir a esta dimensión los mismos signos sacramentales “ahora llamados – es la denuncia de Bux – preferiblemente símbolos”. La cuestión no es pequeña: afrontarla supone ser tachados de anticonciliares.

Todos se sienten con el derecho de enseñar y practicar una liturgia “a su manera”, tanto que hoy es posible asistir, por ejemplo, “a la afirmación de políticos católicos que, considerándose ‘adultos’, proponen ideas de Iglesia y de moral en contraste con la doctrina”. Entre aquellos que han iniciado este cambio, Bux recuerda a Karl Rahner el cual, a raíz del Concilio, denunciaba la reflexión teológica entonces imperante que, en su opinión, se mostraba poco atenta u olvidadiza de la realidad del hombre.

El jesuita alemán sostenía en cambio que todo discurso sobre Dios brotaría de la pregunta que el hombre plantea sobre sí mismo. En consecuencia – esta es la síntesis – la tarea de la teología debería ser la de hablar del hombre y de su salvación, planteando las preguntas sobre sí y sobre el mundo. Un pensamiento teológico que, con triste evidencia, ha sido capaz de generar errores, el más clamoroso de los cuales es el modo de entender el sacramento, hoy ya no sentido como procedente de lo Alto, de Dios, sino como participación en algo que el cristiano ya posee.

“La conclusión que saca de ello Häuβling – recuerda Bux – es que el hombre en los sacramentos acabaría por participar en una acción que no corresponde realmente con su exigencia de ser salvado”, ya que prescinde de la intervención divina. A semejante tesis “sacramental”, y a la derivación anexa de la liturgia, responde Joseph Ratzinger, que ya en el dorso del volumen XI “Teología de la liturgia” de su Opera omnia escribe: “En la relación con la liturgia se decide el destino de la fe y de la Iglesia”.

La liturgia es sagrada, de hecho, si tiene sus reglas. A pesar de ello, si por un lado el ethos, o sea la vida moral, es un elemento claro para todos, por otro lado se ignora casi totalmente que existe también un ius divinum, un derecho de Dios a ser adorado. “El Señor es celoso de sus competencias – sostiene Bux –, y el culto es lo que le es más propio. En cambio, precisamente en el campo litúrgico, estamos frente a una desregulación”.

Subrayando, en cambio, que sin ius el culto se vuelve necesariamente idolátrico, en su libro el teólogo cita un pasaje de la “Introducción al espíritu de la liturgia” de Ratzinger, que escribe: “En apariencia, todo está en orden y presumiblemente también el ritual procede según las prescripciones. Y sin embargo es una caída en la idolatría (…), se hace descender a Dios al nivel propio recudiéndolo a categorías de visibilidad y comprensibilidad”.

Y añade: “Se trata de un culto hecho a la propia medida (…) se convierte en una fiesta que la comunidad se hace a sí misma; celebrándola, la comunidad no hace sino confirmarse a sí misma”. El resultado es irremediable: ‘De la adoración de Dios se pasa a un círculo que gira en torno a sí mismo: comer, beber, divertirse’. Y en su autobiografía (Mi vida, edit. San Pablo), Ratzinger declara: ‘Estoy convencido de que la crisis eclesial en la que hoy nos encontramos depende en gran parte del derrumbe de la liturgia’”.

Para terminar, una sugerencia y una advertencia. La primera es la de relanzar la liturgia romana “mirando al futuro de la Iglesia – escribe Bux –, en cuyo está la cruz de Cristo, como está en el centro del altar: Él, Sumo Sacerdote al que la Iglesia dirige su mirada hoy, como ayer y siempre”. La segunda es inequívoca: “Si creemos que el Papa ha heredado las llaves de Pedro – concluye –, quien no le obedece, ante todo en materia litúrgica y sacramental, no entra en el Paraíso”.

http://elkazay.blogspot.com.ar

Celebran Misa “en homenaje” a Favaloro en la Arquidiócesis de La Plata

 

En la Basílica San Ponciano se realizó ayer una misa en homenaje al doctor René

Favaloro, que se mató el 29 de julio de 2000. La misma fue organizada por el Club  Rotary de La Plata, el Club Gimnasia y la Cámara de Construcción, cerrando de este modo las actividades de recordación al destacado profesional médico.

 

Suicidio en el Catecismo de San Pio X:

413.- ¿Qué prohíbe el quinto mandamiento: NO
MATARÁS?
- El quinto mandamiento: No matarás, prohíbe dar
muerte, golpear, herir o hacer cualquier otro daño al prójimo
en el cuerpo, ya por sí, ya por otros; como también agraviarle
con palabras injuriosas o quererle mal. En este mandamiento
prohíbe igualmente Dios, darse a sí mismo la muerte o el
suicidio.

419.- ¿Por qué prohíbe Dios en el quinto mandamiento
quitarse uno la vida o el suicidio?
- En el quinto
mandamiento prohíbe Dios el suicidio porque el hombre no es
dueño de su vida. Además, la Iglesia priva de sepultura
eclesiástica a quien deliberadamente se suicida.

420.- ¿Está prohibido también el DUELO en el quinto
mandamiento?
- Si, señor; en el quinto mandamiento está
prohibido también el duelo, porque el duelo participa de la
malicia del suicidio y del homicidio, y está excomulgado todo
el que voluntariamente toma en él parte, aun como simple
espectador.

421.- ¿Y se prohíbe también el duelo cuando se excluye
el peligro de muerte?
- También se prohíbe este duelo,
porque no sólo no podemos matar, pero ni aún herir
voluntariamente a nosotros mismos o a los demás.

422.- ¿Puede excusarse el duelo con la defensa del
propio honor?
- No, señor; porque no es verdad que en el
duelo se repare la ofensa; y porque no puede repararse el
honor con una acción injusta, irracional y bárbara, como es el
duelo.

Fuente: www.juventute.com.ar

lunes, 23 de julio de 2012

De los hombres perseguidos

 

 

«Muchas veces permite también la divina Providencia que hombres justos sean desterrados de la Iglesia católica por causa de alguna sedición muy turbulenta de los carnales. Y si sobrellevaren con paciencia tal injusticia o contumelia, mirando por la paz eclesiástica, sin introducir novedades cismáticas ni heréticas, enseñarán a los demás con qué verdadero afecto y sincera caridad debe servirse a Dios. El anhelo de tales hombres es el regreso, pasada la tempestad, o, si no les consiente volver, porque no ha cesado el temporal o hay amago de que se enfurezca más con su retorno, se mantienen en la firme voluntad de mirar por el bien de los mismos agitadores, a cuya sedición y turbulencia cedieron, defendiendo hasta morir, sin originar escisiones, y ayudando con su testimonio a mantener aquella fe que saben se predica en la Iglesia católica. A éstos corona secretamente el Padre, que ve lo interior oculto. Rara parece esta clase de hombres, pero ejemplos no faltan, y aun son más de lo que puede creerse. Así, la divina Providencia se vale de todo género de hombres y de ejemplos para la salud de las almas y la formación del pueblo espiritual».

San Agustín , “De la verdadera religión”.

sábado, 21 de julio de 2012

El giro antropocéntrico

 

 

 

Un aspecto particular del Iluminismo alemán fue de naturaleza genuinamente religiosa. Y constituye una premisa del actual entusiasmo-originado por el vuelco feuerbachiano-  para convertir la teología en una antropología. No pocos podrían ser los nombres para recordar, a modo de ejemplo: M. Mendelsohn (1729-1786),G.E. Lessing ( 1728-1781) y H.S. Reimarus (1694-1768) que en una de sus obras principales, niega la posibilidad de los milagros y de una revelación sobrenatural, declarándose a favor de la sola religión natural, dentro de los límites kantianos de la sola razón.

Lejos de mí no solamente la aseveración, sino también la sospecha que posiciones tan radicales hayan sido formalmente sostenidas por los Padres conciliares, pero no puede negarse una cierta analogía de orientación entre aquellos iluministas y sus actuales epígonos, que, sin ser una verdadera escuela, han formado una corriente caracterizada por la sistemática destitución de todo elemento sobrenatural en el cristianismo, una naturalización del mismo, que es también su banalización.

Estamos frente a un nuevo imperativo categórico: no a todo prejuicio, ninguna dependencia de intervenciones del más allá, inflexibilidad del valor antropológico, es decir de la razón, y lo que a ella se adecua. Se trata de una especia de indebida exaltación de lo criado y sobretodo de lo humano; al respecto, el Vaticano II ha hecho la suya.

Una breve verificación, independientemente de la variedad de los documentos conciliares, no dará resultados unívocos. La autoridad de los documentos tiene una evidente diversidad de importancia; pero ninguno podrá negar que cada uno de ellos aporta su contribución a la erección de un nuevo ídolo: el hombre”.

(Brunero Gherardini, Il Vaticano II- Alle radice d´un equivoco, Lindau, Turín, 2012, pp.183-184)

 

Fuente: http://www.catapulta.com.ar/

Visto en: Info-Caótica

sábado, 7 de julio de 2012

V Aniversario del Motu Proprio Summorum Pontificum

 

 

En el V Aniversario del  Motu Proprio Summorum Pontificum queremos agradecer al Santo Padre Benedicto XVI por este gran regalo para toda la Iglesia Católica.

MOTU PROPRIO «SUMMORUM PONTIFICUM»

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lunes, 2 de julio de 2012

Cardenal Ratzinger: “en lo futuro no deberá haber más que un solo rito, basado enteramente en el rito tradicional”

 

 

j ratzinger

 

El 23 de junio de 2003 el Cardenal Ratzinger escribió la siguiente carta a Heinz-Lothar Barth, reputado autor teológico, doctor ès lettres y maestro de conferencias en la cátedra de escritos clásicos de la universidad de Bonn.

El Cardenal Ratzinger dice que en el futuro la Iglesia romana deberá tener un solo rito. El rito romano deberá ser un solo y único rito, enteramente en la tradición del rito clásico.

El Cardenal ve los defectos de la Misa nueva, lo que ha dicho muy frecuentemente en sus escritos. Según parece, lo que él procura es una reforma de la reforma litúrgica.

 

Muy estimado doctor Barth,

Le agradezco su carta del 6 de abril, a la que, falto de tiempo, sólo respondo ahora. Usted me pide que tome partido por la autorización más amplia del rito romano antiguo. Usted sabe que yo acojo bien tal pedido, desde que mi compromiso por este objetivo es ya conocido por todo el mundo.

Si la Santa Sede “autorizará nuevamente el rito antiguo mundialmente y sin limitación” –tal como usted lo desea y ha oído por rumores– no es tan fácil de decir: muchos católicos comparten todavía una actitud negativa –consecuencia de un adoctrinamiento de años– hacia la liturgia tradicional, a la que orgullosamente llaman “pre conciliar”, y muchos obispos se opondrían masivamente a una autorización general del rito antiguo.

La situación es diferente si se sólo considera una autorización limitada, precisamente porque la demanda por la liturgia antigua también es limitada. Yo sé que su valor no depende, por cierto, de la demanda, pero también es verdad que el número de sacerdotes y laicos interesados tiene su importancia. Además, una medida como ésta no puede ser realizada sino progresivamente hoy en día, treinta años después de la reforma litúrgica de Pablo VI; cada nueva precipitación no podrá producir buenos resultados.

Pero creo que en lo futuro no deberá tener más que un solo rito; la existencia de dos ritos es difícilmente “manejable” para los obispos y los sacerdotes. El rito romano del futuro deberá ser un solo rito, celebrado en latín o en lengua popular, pero basado enteramente en la tradición del rito antiguo; él podrá integrar algunos nuevos elementos que han hecho sus pruebas, algunos prefacios, lecturas más amplias –más posibilidades que antes, pero no mucho– una “Oratio fidelium”, es decir, una letanía de oraciones de intercesión después del Oremus anterior al Ofertorio, donde estaba su lugar primitivo.

Mi estimado Dr. Barth, si usted se empeña así por la cuestión litúrgica, no estará solo y preparará “la opinión pública de la Iglesia” a eventuales medidas a favor de un uso más amplio de los manuales litúrgicos antiguos. Sin embargo, se debe ser prudente en cuanto a despertar esperanzas demasiado grandes, maximalistas, entre los fieles devotos de la tradición.

Aprovecho esta ocasión para agradecerle su apreciable compromiso a favor de la iturgia de la Iglesia romana, en vuestros libros y conferencias, pero desearía aquí y allá mayor amor y comprensión por el magisterio del Papa y de los obispos. Que la semilla que usted siembra crezca y porte frutos para una nueva vida renovada de la Iglesia, de la cual la “fuente y cima”, su verdadero corazón, es y será la liturgia.

Le imparto gustoso la bendición que me pide.

Cordialmente suyo,

Josef Cardinal RATZINGER

Fuente: www.unavoce.com.ar