miércoles, 6 de junio de 2012

¿PENTECOSTÉS O BABEL?

 

Miguel Antonio Barriola

 

1 – Impresiones sobre la exégesis actual

Autor: Dr. Miguel Antonio Barriola, Pbro. Miembro de la Pontificia Comisión Bíblica


La labor de los biblistas consiste en exponer lo más claramente posible el texto sagrado, inspirado por el mismo Dios, para el pueblo creyente. Cuando haya pasajes intrincados, tratarán de aclararlos, tal como lo hizo el Exégeta por excelencia, la misma PALABRA hecha carne (Jn 1, 14), a los viajeros de Emaús (Lc 24, 25 – 29) y después sus enviados, a la manera del diácono Felipe, que le preguntó al ministro de la reina de Etiopía: “¿Entiendes lo que lees?” (Hech 8, 30); explicándoselo acto seguido.

            Pero, ¿con qué nos encontramos en el día de hoy? Una intrincada selva virgen de hipótesis tras hipótesis, que enredan la comprensión, en lugar de servirla. Y…tal impresión no proviene de “fundamentalistas”, “literalistas”, “tradicionalistas”, sino de honestos exégetas, que con lúcido sentido común contemplan la “Babel”, en que se deshilacha el estudio de la Biblia.

            Sirvan de muestra las reflexiones del gran experto español L. Alonso Schökel,  del cual ofrecemos un ramillete de certeros pronósticos.

            “Nuestra disciplina bíblica tiene un instituto especial, privilegiado y fatídico. Privilegiado porque ha cundido en el mundo cristiano el interés por el tema bíblico, hasta derramarse un poco al mundo no cristiano. Fatídico, porque la Biblia es limitada y no crece” [“El exegeta en la sociedad” en su obra (junto con J. M. Bravo): Apuntes de Hermenéutica, Madrid (1994) 142].

            “Sobran temas por estudiar; pero, como el tema “T” lo estudia un solo profesor, se deduce que no interesa al mundo académico y que no merece ser estudiado. Que, si lo estudio, quedaré marginado. Y yo necesito un puesto, un ascenso, una fama…De hecho las razones sociales pesan más que el amor a la verdad. Es más importante ser conocido que conocer. Ahí tenemos un tremendo condicionamiento de nuestra tarea de comprender y explicar la Biblia”¨[Ibid. , 143 – 144].

“Nuestra situación se ha vuelto muy difícil, casi desesperada…No hay tiempo para leer despacio, contemplativamente” [Ibid. , 145].

En un “Apéndice” final de esta obra se proponen máximas penetrantes, que fotografían esta angustiante situación. Seleccionamos algunas: “La ciencia bíblica ya no es el conocimiento de la Biblia, sino de los biblistas”. “Es más lo cocinado que lo comido. Lo que se escribe es más de lo que se lee” (Apuntes... , 155). En un estrecho colaborador del recién citado L. Alonso Schökel, podemos igualmente espigar comprobaciones por el estilo: “Actualmente al multiplicarse el número de ediciones y las revisiones continuas de la Historia, cada vez resulta más difícil hablar de su  finalidad”. (Se refiere al  Deuteronomio). “Para no marearnos con un mar de hipótesis…” (J. L. Sicré, Introducción al Antiguo Testamento, Estella  - 2001- 206 y 217)].

            Comprobación análoga nos sale al encuentro desde la vasta, sólida y penetrante experiencia de un gran especialista en el Nuevo Testamento: G. Segalla.”Dado el carácter académico que ha adquirido el estudio del Antiguo y Nuevo Testamento, para acceder a la enseñanza universitaria es necesario proponer una contribución que represente un progreso en el estudio analítico. De aquí el aluvión incontrolable de hipótesis, que, especialmente en el AT, se traducen a veces en un conocimiento más profundo del ambiente histórico y literario de un texto y no en su sentido; se obtienen nuevas adquisiciones en arqueología o filología semítica, pero se pierden el texto y su mensaje. También para el NT, dada la multiplicación de los métodos críticos, literarios y semióticos, de ellos deriva una mezcolanza de hipótesis. Para más, tales métodos tratan los textos del NT al modo de textos profanos y ponen entre paréntesis a Dios, resultando prácticamente como , como ya los llamaba A. Schlatter en los comienzos del siglo pasado (1905). </MéTODOS>[Cita aquí a: A. Schlatter, “Atheistischen Methoden in der Theologie” en su obra: Zur Theologie des Neuen Testaments und zur Dogmatik, München (1969) 134 – 150.  Se nos ocurre comentar que hay que andar verdaderamente desnorteados, como para arribar a métodos “a – teos”, para estudiar “Teo – logía”].

O sea, que se prescinde del hecho real que se trata de textos sagrados, considerados por la fe de la comunidad en la cual y para la cual han nacido como , cuyo protagonista principal histórico – literario es el mismo Dios. Por lo cual pierden aquello que les es más propio su identidad. Para más, a causa de la excesiva atomización, a veces el texto termina asemejándose a un reloj desarmado y analizado en sus piezas, que no se acierta más a colocar en su conjunto” [ Teologia Biblica del Nuovo Testamento , Torino (2005) 540].

Se podría comentar: como también suele suceder con tantos “psico – análisis”, incapaces de “psico – síntesis”.

Fácil sería multiplicar los testimonios de esta desazón por parte de notorios especialistas. Podríamos concluir este repaso con el severo juicio de K. A. Kitchen: “El mundo no tiene necesidad de esa clase de postmodernismo fraudulento (todo es política, poder, indeterminación – conocimiento nada explícito, ni claro – con orientación de , etc.), que está por debajo de nuestros minimalistas. Tiene necesidades más prácticas  que afrontar” (On the Reliability of the Old Testament, Michigan / Cambridge – 2003 – 463).</GéNERO>

Llaman hoy en día “minimalistas” al numeroso grupo de intérpretes, sobre todo del AT, que, a partir de 1970 ponen en duda gran parte de la historia de Israel. Los patriarcas, el Éxodo, David y Salomón, serían sagas, epopeyas inventadas en épocas tardías (la edad persa, por lo general), para dotar con cierto abolengo al pueblo hebreo, después del exilio babilónico.

2- ¿Qué hacer?

No nos creemos capacitados como para ofrecer la receta mágica, que resuelva y ponga orden en lo que han  (¿y hemos?) ido haciendo tantos “aprendices de brujo” en el área hermenéutica.

            Pero no estaría mal prestar oídos a las voces de alerta, provenientes, nada menos que de Benedicto XVI, que no es un exegeta, pero a quien nadie negará sus vastos profundos conocimientos en patrística [ su tesis doctoral en S. Agustín], autores medievales [otra tesis suya en S. Buenaventura], así como en teología [Profesor en las prestigiosas Universidades de Bonn, Tübingen, Regensburg y otras] y no menos en Sagrada Escritura

[NOTA: El ya citado G. Segalla, en otro artículo suyo, comentando el Jesus von Nazareth de J. Ratzinger- Benedicto XVI, estampa su impresión de encuentros personales con el entonces Card. J. Ratzinger: “A tal propósito se ha de recordar que el Autor (= Ratzinger – Benedicto XVI) justamente en este nivel de base tiene una excelente preparación. Conoce bien la lengua griega y cuando es necesario se muestra como un fino filólogo…Yo mismo en los 10 años en que fui miembro de la Pontificia Comisión Bíblica (1986 – 1996) de la cual, él, en cuanto Prefecto de la Congregación para la Fe , a partir de 1981, presidía cada año la semana de estudio…recuerdo sus intervenciones discretas y su entusiasmo en la preparación del documento oficial de 1993, La interpretación de la Biblia en la Iglesia”(“Gesù di Nazaret tra passato e presente: un ‘ermeneutica ecclesiale in armonía con l’ ermeneutica storica e canonica”  en: AA. VV. , Il Gesù di Nazaret di Joseph Ratzinger – Un confronto, Asissi  - 2011 – 27).

Me permito añadir mi propia experiencia, ya que, a partir del 2001 he participado también en las sesiones de la PCB, siendo el Card. Ratzinger su presidente hasta el 2005. Poco hablaba, pero al final de cada semana de discusiones, resumía de modo eximio los temas que se habían tocado. No se le escapaba nada en una pasmosa capacidad de intelección y síntesis].

Sería, pues, saludable, meditar y poner por obra las indicaciones sobre métodos aceptables pero insuficientes (como el “histórico – crítico”), que él viene criticando ya desde 1988 [NOTA:Repasar su conferencia en New York, publicada en italiano: “Interpretazione biblica in conflitto – Problemi del fondamento ed orientamento dell ‘ esegesi contemporanea” en: AA. VV., L’Esegesi Cristiana oggi,  Casale Monferrato (1991 ) 93 – 125. Insistirá sobre idéntica problemática en la Exhortación Apostólica postsinodal, Verbum Domini (2010) Números 34 – 36].

            Sirva de muestra un solo párrafo, rebosante de enorme sentido común: “Estoy convencido y espero que también el lector se pueda dar cuenta de ello, que esta figura es mucho más lógica y desde el punto de vista histórico también más comprensible que las reconstrucciones con las cuales hemos tenido que confrontarnos en los últimos decenios. Yo sostengo que justamente este Jesús – el de los Evangelios – es una figura históricamente sensata y convincente” [ Jesus von Nazareth, Freiburg / Basel / Wien (2007) 20 – 21].

De modo que me uno al deseo del ya mentado y renombrado G. Segalla: “El libro sobre Jesús del Papa no es por cierto un libro entre tantos. Me auguro que su influjo sea el que el Eminente Autor se esperaba y se espera” [ “Gesù di Nazaret tra passato e presente…”, 60].

3 – Abrir perspectivas

Muy brevemente, quisiéramos también advertir sobre cierta tendencia “aislacionista”, observable entre los estudiosos de la Biblia. Me refiero a ciertas actitudes, que se toman como punto de referencia casi absoluto, que emergen en algunas posturas, las cuales, al menos para un biblista católico, no cuadran con sus funciones dentro de la Iglesia. La Escritura es el “alma de la teología” (DV 24). Ahora bien, el alma ha de vincularse con todo el cuerpo de la Iglesia y por lo tanto, ser vista y vivida según “la analogía de la fe” (ibid. , 12).

A su vez, no hay teología que no tenga de fondo una filosofía. Ni tampoco hay exegesis que no tenga una filosofía detrás.

[NOTA: Ver las advertencias al respecto en Juan Pablo II, Fides et Ratio (1998): “Una expresión de esta tendencia fideísta difundida hoy es el , que tiende a hacer de la lectura de la Sagrada Escritura o de su exégesis el único punto de referencia para la verdad. Sucede así que se identifica la Palabra de Dios solamente con la Sagrada Escritura, vaciando así de sentido la doctrina de la Iglesia confirmada expresamente por el Concilio Ecuménico Vaticano II…No hay que infravalorar, además, el  peligro de la aplicación de una sola metodología para llegar a la verdad de la Sagrada Escritura, olvidando la necesidad de una exégesis más amplia que permita comprender, junto con toda la Iglesia el sentido pleno de los textos” (Nº 55)].

De ahí la justa lamentación de un joven pero avezado profesor de la Gregoriana [Fallecido, lamentablemente, en el 2010], al comentar los resultados de un congreso de biblistas, sin relación casi con la filosofía y la teología: “Qué difícil es el tema y qué poco garantiza buenos resultados una reunión de meros exégetas (und wie wenig ein Treffen von Exegeten allein gute Ergebnisse garantiert) se lo ve, por ejemplo en: A. Izquierdo García (Ed.)Scrittura Ispirata …”[ D. Hercsik, “Das Wort Gottes in der nachkonziliarische Kirche und Theologie” en: Gregorianum , 86 / 1 (2005) 141].

Con lo cual cobra mayor relieve la renovada recomendación de un biblista clásico, nutrido en la sólida escuela de J.M. Lagrange, que nunca escondió su deuda con Sto. Tomàs de Aquino, realizada hace muy poco por el sólido teólogo tomista, J. P. Torrell, al reeditar los enjundiosos comentarios de P. Benoit a las cuestiones “De Prophetia” ( II – II, q 171 – 178):”Hay que leer los cuatro volúmenes de Exégèse et Théologie (de Benoit) para hacerse una idea más exacta del talento de este representante de una especie que ha llegado a ser rara, un exégeta que no ha renunciado a ser un teólogo” [ Saint Thomas d’ Aquin – La Prophetie, Deuxième édition entièrement mise à jour par Jean – Pierre Torrel, Paris (2005) 6. (resaltado por mí)].

Dr. Miguel Antonio Barriola, Pbro.

Miembro de la Pontificia Comisión Bíblica

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